Cuando hablamos de Teotihuacán, pensamos en su majestuosidad y en la magnificencia de sus monumentos, especialmente de las Pirámides del Sol y la Luna, dos de las estructuras más significativas de la cultura prehispánica mexicana. Pero, aunque esta ciudad es considerada como una de las más importantes de Mesoamérica, en realidad sabemos muy poco sobre quiénes la construyeron y qué cultura se desarrolló en ella.
Un misterio sin resolver
La gran pregunta aún sin respuesta es: ¿quién construyó las pirámides del Sol y la Luna en Teotihuacán? Desafortunadamente, al no haber registros escritos de los teotihuacanos, no tenemos una respuesta concreta. Todo lo que sabemos es que esta civilización construyó una de las ciudades más grandes y avanzadas de la época prehispánica, pero su origen y los motivos detrás de la construcción de estos monumentos aún son un misterio.
La historia que nos cuentan
La historia que nos han proporcionado para que nos maravillemos del pasado de Teotihuacán, nos dice que fue una ciudad prehispánica que tuvo su apogeo entre los años 200 y 750 d.C. Se estima que llegó a tener una población de más de 100 mil habitantes. Los investigadores piensan que ellos construyeron las pirámides del Sol y la Luna, aunque desconocen el nombre de la cultura que habitó en la zona, ya que los teotihuacanos no dejaron registros escritos y se sabe muy poco sobre ellos.
La historia detrás de los nombres
El nombre de Teotihuacán lo dieron los aztecas cuando llegaron a la zona varios siglos después de que la ciudad fuera abandonada. La palabra significa “ciudad de los dioses” o “lugar donde fueron hechos los dioses”, y refiere a la creencia de que fue el lugar donde los dioses crearon al hombre.
La Pirámide del Sol, por otro lado, recibió su nombre porque supuestamente los antiguos habitantes de la zona creían que en su cúspide vivía el dios del sol, aunque esa creencia es sólo una interpretación moderna. Lo mismo sucede con la Pirámide de la Luna, que supuestamente estaba dedicada al culto de la diosa de la luna.
Teorías sobre los constructores de las pirámides
Algunos investigadores han sugerido que los constructores de Teotihuacán podrían haber sido los olmecas, una civilización que habitó México entre los años 1500 y 400 a.C. Se cree que ellos fueron los primeros en establecer un sistema de escritura y en construir grandes monumentos en la región de Veracruz y Tabasco. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes que vinculen a los olmecas con Teotihuacán.
Otros teóricos sugieren que fueron los toltecas, una civilización que floreció en Mesoamérica entre los años 800 y 1100 d.C. Algunas características arquitectónicas y artísticas de Teotihuacán se parecen a las de Tula, la ciudad capital de los toltecas, que está ubicada en lo que hoy es el estado de Hidalgo. Pero, al igual que con los olmecas, no hay pruebas contundentes para afirmar que los toltecas construyeron estas pirámides.
En cualquier caso, tanto la Pirámide del Sol como la de la Luna son monumentos impresionantes que atestiguan la grandeza de la civilización que las construyó.
Las pirámides del Sol y la Luna
La Pirámide del Sol es el monumento más grande de Teotihuacán. Se encuentra en el centro de la Calzada de los Muertos y se cree que fue construida alrededor del año 100 d.C. Mide 65 metros de altura y tiene una superficie de 225 metros cuadrados. Su construcción pudo haberse extendido durante varias décadas.
La Pirámide de la Luna, por otro lado, es un poco más pequeña que la del Sol, mide 43 metros de altura y es visible desde cualquier parte de la ciudad. Se encuentra al final de la Calzada de los Muertos, en el extremo norte de la ciudad y se cree que fue construida entre los años 200 y 450 d.C. Su nombre parece ser el resultado de una interpretación equivocada de la tradición oral.
Las características de las pirámides
Ambas pirámides tienen una estructura similar, con una plataforma cuadrada en la base y una escalera central que conduce a la parte superior. También tienen una serie de templos y plataformas a lo largo de su recorrido, donde se llevaban a cabo ceremonias religiosas y políticas.
La Pirámide del Sol fue construida en cinco fases, y en cada una de ellas se fue ampliando su base y su altura. Está construida con grandes bloques de piedra tallados a mano, y en su interior se han descubierto túneles y tumbas de la élite teotihuacana.
La Pirámide de la Luna, por otro lado, está cubierta por una estructura de adobe y tiene varios niveles que se acceden por medio de escaleras integradas a la estructura. El templo que se encuentra en su cima es mucho más pequeño que el de la Pirámide del Sol. También se pueden observar pequeñas pirámides circundantes y un patio destinado a ceremonias, donde se han hallado ofrendas y restos humanos.
La ciudad de los dioses
Teotihuacán fue una ciudad construida en base al orden y la regularidad. Tomó cientos de años construirla y alojó a alrededor de 200 mil teotihuacanos en viviendas construidas especialmente para ellos. Se presume que provenían del valle de Anáhuac y de un grupo de Cuicuilco, que se trasladó a Teotihuacán después de una erupción volcánica.
La ciudad de Teotihuacán estaba diseñada de manera que los edificios más importantes (como las Pirámides del Sol y la Luna) estuvieran ubicados en el centro de la ciudad, y las viviendas más modestas estuvieran a las afueras de ella.
Los edificios más importantes de Teotihuacán
Además de las Pirámides del Sol y la Luna, Teotihuacán cuenta con una serie de edificios y construcciones que nos revelan la complejidad de la civilización que lo construyó. La Ciudadela, por ejemplo, es una enorme plaza rodeada por murallas, que contiene una estructura en forma de pirámide conocida como “Templo de los Guerreros”, donde se realizaban ceremonias políticas y religiosas.
Otra estructura importante es el Palacio de Quetzalpapálotl, una imponente edificación dedicada aparentemente al culto de la divinidad del agua. Se trata de uno de los edificios más decorados de Teotihuacán y cuenta con todo tipo de ornamentos y relieves.
Conclusión
La construcción de las Pirámides del Sol y la Luna en Teotihuacán sigue siendo un misterio. Aunque hay muchas teorías sobre quiénes las construyeron, aún no hay una respuesta clara. Al final, lo que más importa es que estas estructuras simbolizan la grandeza de la cultura teotihuacana y son un testimonio de la complejidad y sofisticación de una civilización que sigue intrigando a los investigadores y a los visitantes de todo el mundo.