¿Qué significa tomar la cruz según la Biblia Católica?

En la Semana Santa, uno de los pasajes más importantes para los cristianos es la crucifixión de Jesús. ¿Por qué? Precisamente porque según la Biblia, cargar con la cruz es una invitación explícita de Jesús para sus seguidores. Pero ¿qué significa esto? ¿Qué implica cargar la cruz en nuestra vida cotidiana? ¿Es acaso una forma de masoquismo religioso?

Veamos juntos qué significa tomar la cruz según la Biblia Católica, analizando algunos pasajes centrales de los evangelios y profundizando en la simbología de la cruz en la historia del cristianismo.

¿Qué quiso decir Jesús con “tomar la cruz”?

En primer lugar, es importante comprender el contexto histórico-cultural en el que se desarrolló este concepto. En el siglo I, la cruz era un símbolo inequívoco de muerte y degradación pública. Era el suplicio reservado para los criminales más viles y era considerado un castigo deshumanizante. Los romanos obligaban a los condenados a llevar sus propias cruces al lugar de la crucifixión, lo que significaba llevar su propio mecanismo de ejecución mientras se enfrentaban al ridículo y el escarnio público.

Por tanto, cuando Jesús habló de “tomar la cruz”, sabía perfectamente que sus seguidores entenderían que hablaba de algo extremadamente doloroso y humillante. Es importante tener esto en cuenta antes de adentrarnos en el significado profundo de la frase.

En Mateo 16:24, Jesús dice: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. ¿Qué significa esto?

En primer lugar, debemos entender que en la perspectiva cristiana, seguir a Jesús es una decisión radical. No se trata de algo que podamos hacer “a medias tintas”. Jesús nunca ocultó el hecho de que seguirle exigiría un sacrificio. De hecho, disuadió a las personas que parecían dispuestas a seguirle si su compromiso era solo a medias.

Por tanto, “tomar la cruz” es una invitación a asumir el costo de seguir a Jesús. Como bien señala el autor James Martin en su libro “Jesús, una peregrinación”, esto implica seis cosas:

Aceptar el sufrimiento

La primera es aceptar que el sufrimiento es parte de nuestras vidas y que debemos hacer la paz con la idea de que el dolor es algo que debe ser aceptado sin amargura.

Cargar con la cruz significa aceptar que el sufrimiento es parte de la vida y que es necesario asumirlo sin buscar culpar a alguien. “Los seres humanos buscamos constantemente controlar lo incontrolable, pero nuestra actitud hacia el sufrimiento es diferente: es la aceptación”, escribe el Papa Francisco en su libro “La cruz y el mundo”.

¿Por qué es importante aceptar el sufrimiento en nuestras vidas? Porque esa actitud nos permite ver la realidad tal como es y aprender a lidiar con ella sin desconectarnos de nosotros mismos o de los demás. Aceptar el sufrimiento significa no buscar evadir la realidad, sino abrazarla con amor.

No contagiar la amargura

La segunda cosa es no contagiar nuestra amargura a aquellos que están alrededor de nosotros cuando estamos sufriendo. Esto es especialmente relevante en tiempos de crisis como los que estamos viviendo actualmente debido a la pandemia de COVID-19.

¿Por qué es importante no contagiar la amargura en momentos de sufrimiento? Porque la actitud que transmitimos a los demás puede influir en su propia actitud. Si contagiamos nuestra amargura, podemos hacer que los demás se sientan igualmente desesperanzados y desanimados. Por el contrario, si transmitimos una actitud positiva y esperanzada, podemos dar aliento y motivación a las personas que nos rodean.

Aceptar algunas muertes antes que nuestra muerte física

La tercera cosa es aceptar algunas muertes antes que nuestra muerte física, dejando morir algunas partes de nosotros mismos. Esto significa estar dispuestos a cuestionarnos y a renunciar a algunas cosas y hábitos que nos impiden avanzar en nuestro camino de crecimiento personal y espiritual.

¿Por qué es importante aceptar algunas muertes antes de nuestra muerte física? Porque solo así podemos liberarnos de aquello que nos hace daño y avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria. Si nos aferramos a todo lo que hemos conocido y experimentado hasta ahora, no podremos crecer ni expandirnos. Debemos estar dispuestos a dejar ir aquello que nos ata, para poder abrazar lo que nos espera.

Esperar la resurrección

La cuarta cosa es esperar la resurrección, aceptando que en esta vida muchas de las sinfonías deben quedar inacabadas y que nuestra espera puede incluir frustración, injusticia y dolor.

¿Por qué es importante esperar la resurrección en nuestra vida? Porque la resurrección es la promesa de que todo lo que nos parezca injusto, doloroso o incomprensible en esta vida será justificado y recompensado en la vida eterna. La esperanza en la resurrección nos permite aceptar la sinfonía inacabada de nuestra vida como parte de un plan mayor que nos transciende.

Estar abiertos a la sorpresa

La quinta cosa es estar abiertos a la sorpresa, entendiendo que el regalo de Dios a menudo no coincide con lo que esperábamos y que debemos estar abiertos a recibir lo que necesitamos en lugar de lo que queremos.

¿Por qué es importante estar abiertos a la sorpresa en nuestra vida? Porque solo así podremos reconocer los regalos que la vida nos ofrece. Si estamos demasiado atados a nuestras expectativas y deseos, podemos perder de vista los regalos que la vida nos ofrece constantemente. Debemos estar dispuestos a recibir lo que necesitamos, incluso cuando nos parezca diferente a lo que queríamos o esperábamos.

Comprometerse con Jesús

La sexta y última cosa es comprometerse con Jesús, viviendo toda nuestra vida en función de su ejemplo y su enseñanza.

¿Por qué es importante comprometerse con Jesús en nuestra vida? Porque Jesús es el modelo a seguir para todo cristiano. Su vida y su mensaje nos señalan el camino hacia la plenitud y la felicidad. Comprometernos con Jesús significa hacer su voluntad en nuestra vida y vivir conforme a sus enseñanzas.

Entender la invitación de Jesús

Por tanto, cuando Jesús nos invita a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos está llamando a abrazar el camino del amor incondicional, la entrega y el sacrificio. Pero esto no significa que debamos buscar el sufrimiento por el sufrimiento, o que debamos adoptar una actitud masoquista hacia la vida. Por el contrario, cargar con la cruz significa llevar nuestra vida con autenticidad, despojándonos de todo lo que nos impide crecer y avanzar en nuestro camino de amor y servicio.

Conclusiones

Tomar la cruz según la Biblia Católica implica, por tanto, una invitación radical a comprometernos con Jesús y su enseñanza. Esto no significa buscar el sufrimiento, ni tampoco victimizarnos ante las dificultades de la vida.

Por el contrario, significa cargar nuestra vida con autenticidad y amor, aceptando el costo que eso implica. Significa estar dispuestos a cuestionarnos, renunciar a aquello que no nos hace bien y abrirnos a los regalos que la vida nos ofrece a cada instante.

¿Estás dispuesto a cargar con tu cruz y seguir a Jesús? Esta es la pregunta que todos debemos hacernos en algún momento de nuestra vida. La respuesta es tuya.