¿Qué significa intercesión según la Biblia?

La intercesión es un término profundamente arraigado en el cristianismo y se refiere a la oración ofrecida en beneficio de otros por parte de un creyente en favor de ellos mismos o de un grupo. Es un acto de amor y misericordia que involucra a uno en la vida de otro, en su sufrimiento, en su alegría, en su lucha y en su victoria.

El concepto de intercesión está presente en la Biblia desde el Antiguo Testamento, donde encontramos varios ejemplos de intercesión, como la de Abraham por Sodoma (Génesis 18:23-33) y la de Moisés por el pueblo de Israel (Éxodo 32:11-14). En el Nuevo Testamento, encontramos la intercesión prominente en los escritos de Pablo (1 Timoteo 2:1-4) y la oración de Jesús en favor de sus discípulos en Juan 17.

La función del intercesor

Un intercesor es uno que toma el lugar de otro o aboga en favor del caso de otro. Un estudio de la Biblia define la intercesión como “una oración santa, creyente y perseverante por la cual uno intercede con Dios de favor de otro u otros que desesperadamente necesitan la intervención de Dios.”

El intercesor se pone en el lugar del otro y levanta una petición con Dios en su nombre. Como dice el apóstol Pedro, “Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). El intercesor toma el lugar de aquellos que son presa del enemigo y, mediante la oración, lucha en la arena espiritual por su liberación.

La intercesión de Jesús

Uno de los mayores ejemplos de intercesión en la Biblia es la de Jesús, quien siempre oró por sus discípulos y por aquellos que seguían su enseñanza. En Juan 17, Jesús sabe que ha llegado la hora de su muerte y ora a su Padre por aquellos que le han sido dados a él. Él intercede por los discípulos, pidiendo protección y unidad, así como por aquellos que creerán en él a través de su mensaje.

Jesús pide específicamente por todos los creyentes: por aquellos que están en medio de la persecución y aislamiento, para que sean uno, como el Padre y el Hijo son uno; por aquellos que siguen las enseñanzas de los apóstoles, para que tengan la plenitud de la alegría de Cristo en ellos; por aquellos que encontrarán la salvación después de que él parta, para que ellos también sean uno en Cristo.

El Espíritu Santo como intercesor

Otro ejemplo de intercesión en la Biblia es la obra del Espíritu Santo. En Romanos 8:26-27, Pablo dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables”. El Espíritu Santo conoce nuestros corazones y nuestras necesidades más profundas, y nos ayuda a orar de acuerdo a la voluntad de Dios.

¡Pero no solo eso! También intercede por nosotros con gemidos inexprimibles que no tienen palabras en nuestro idioma humano. ¿No es maravilloso saber que el Espíritu Santo está intercediendo por nosotros de esta manera tan especial?

La intercesión como parte de nuestra fe

La intercesión es una parte importante de nuestra fe en Jesucristo. Debemos orar los unos por los otros fervientemente, tanto en tiempos de crisis como en tiempos de calma. Como miembros del cuerpo de Cristo, debemos tomar el dolor y la pérdida de otro como nuestra propia responsabilidad y luchar por su liberación en la arena espiritual.

La intercesión también nos ayuda a volver a enfocar nuestra visión en Dios y en su obra. Nos saca del enfoque de nosotros mismos y nos hace más conscientes de las necesidades de los demás. En lugar de preocuparnos solo por nuestras propias necesidades, comenzamos a ver las necesidades de los demás y a luchar por su liberación.

La intercesión como arma espiritual

La intercesión es también una de las mejores herramientas que tenemos para luchar contra las fuerzas del mal. Como mencioné antes, el enemigo anda alrededor como león rugiente, buscando a quién devorar. Pero cuando nos unimos en intercesión, podemos derribar las fortalezas enemigas y liberar a aquellos que son presa de las fuerzas del mal.

No subestimes el poder de la intercesión. La Biblia dice que una sola oración ferviente y enfocada tiene un poder tremendo (Santiago 5:16). Así que, cuando oramos, enfocados y creyendo en lo que pedimos, estamos tomando una de las herramientas más efectivas que tenemos para luchar por aquellos que necesitan intervención divina.

¿Cómo orar en intercesión?

La intercesión es un acto de amor y misericordia, pero también es una disciplina. Es una oración que se hace en favor de otros para mover el corazón de Dios en su nombre. Mencionaré algunos pasos que pueden ayudar a orar en intercesión:

Paso 1: Conoce la necesidad

Para interceder debemos conocer las necesidades de los demás. La intercesión no es solo una oración por “todos los necesitados del mundo”, sino una oración específica y enfocada en las necesidades del otro. Si no sabemos cuáles son las necesidades de los demás, debemos preguntar o investigar.

Paso 2: Adora a Dios

Comenzar orando con adoración y gratitud hacia Dios es crucial para cultivar una atmósfera de fe y esperanza en nuestras oraciones. Reconocer su poder, bondad y amor en cada situación aumenta nuestra fe y nos enfoca en la grandeza de nuestro Dios.

Paso 3: Identifícate con el necesitado

Es vital identificarnos con las personas que estamos intercediendo. Debemos ponernos en su lugar y sentir su dolor, haciéndoles saber que nos importan y que estamos listos para ayudarles en cualquier cosa que necesiten.

Paso 4: Pídele a Dios en nombre de los necesitados

Una vez que sabemos cuáles son las necesidades del otro, oramos pidiendo a Dios en su nombre, creyendo que él oirá y responderá nuestras oraciones. La clave aquí es la fe y la confianza en el poder de Dios.

Paso 5: Especifica la petición

Es importante ser específicos en nuestras peticiones. Esto nos ayuda a mantener el enfoque y a evitar orar de manera general. Claro que cada intercesión puede variar, pero al especificar damos enfoque y clamor por esa situación determinada.

Paso 6: Acción de gracias

El agradecimiento en la oración de intercesión es de suma importancia, pues es la evidencia de confianza hacia el Señor. A través de la gratitud, estamos reconociendo que ya fue hecho en el mundo espiritual.

Conclusión

En resumen, la intercesión es una disciplina y herramienta espiritual poderosa que Dios nos ha dado para luchar contra las fuerzas del mal, unirnos como miembros del cuerpo de Cristo y hacernos más conscientes de las necesidades de los demás.

¿Podemos preguntarnos si estamos intercediendo por otros de la forma correcta? ¿Estamos familiarizados con las necesidades del otro a tal punto que podemos hacer una petición eficaz y fértil?

Si la intercesión parece extraña o incierta para nosotros, debemos sumergirnos en la Palabra de Dios y orar para que el Espíritu Santo nos guíe. No hay ninguna duda de que interceder es un arma poderosa en las manos de un guerrero de la fe.