La Biblia es uno de los libros más reconocidos a nivel mundial, y muchos usuarios utilizan esta herramienta en búsqueda de respuestas y/o consuelo a diferentes situaciones. Sobre todo porque la Biblia es considerada la Palabra de Dios, una guía incondicional para la vida de los seres humanos. Luego, ¿qué significa “inspiración” según la Biblia? En este artículo, profundizaremos sobre este término a través de la religión cristiana, sus representantes y su postura bíblica.
Significado de ánimo e impulso
El término “inspiración” en español tiene su origen en el latín: “inspirare”, cuya traducción es “hacer entrar el aire en los pulmones”. Sin embargo, el significado de “inspiración” según la Biblia va más allá de una simple traducción. La palabra, desde la cosmovisión religiosa cristiana, guarda relación con el impulso, con una energía que lleva a una persona a hacer algo, con un estímulo interior que la impulsa a producir algo que no sería posible sin esa ayuda.
En este sentido, la inspiración en la Biblia no es solo una idea abstracta, sino una fuerza divina, un ánimo que llevó a los seres humanos a transmitir un mensaje específico desde hace milenios. Una ayuda que, como se verá adelante, no se limita a la expresión artística o literaria, sino que abarca lo más fundamental de lo que una persona puede recibir desde lo trascendental.
La inspiración según la Biblia
La postura bíblica acerca de la inspiración se basa en diferentes pasajes del libro. Por ejemplo, 2 Pedro 1 asegura que los autores bíblicos fueron cargados por el Espíritu Santo para escribir la Biblia. Aunque los autores escribieron desde su propia experiencia y contexto, el Espíritu Santo los llevó a decir exactamente lo que Él quiso.
En 2 Timoteo 3:16, Pablo afirma que toda la Escritura, el texto mismo, fue inspirado por Dios. Esta afirmación permite entender que cada palabra de la Biblia es perfecta y refleja los atributos de su autor. La Biblia es poderosa porque su autor es poderoso, y es inerrante y suficiente porque su autor no puede errar y sabe lo que sus hijos necesitan.
La palabra “teópnuestos”
La palabra que Pablo usa para comunicar la inspiración de la Escritura es “teópnuestos” (θεόπνευστος), que significa que toda la Escritura fue exhalada o soplada por Dios. Es como si Dios soplara en las palabras, rellenándolas con su presencia. Desde esta perspectiva, los autores eran los recipientes de un mensaje divino, no la fuente.
En otras palabras, cada palabra de la Biblia debe ser vista como un producto divino, no humano. Cada palabra es auténtica y verdadera, libre de error.
Inspiração na arquitetura e na arte
El mismo principio de la inspiración bíblica se usa en la frase “inspiración artística”, que evoca aquel momento de lucidez o creatividad en la que un artista parece haber sido tocado por una fuerza divina que lo lleva a crear obras insuperables. En la arquitectura, por ejemplo, podemos ver el concepto de inspiración en la realización de una obra arquitectónica que simplemente parece demasiado maravillosa para haber sido hecha por el hombre.
El principio detrás de la inspiración en la Biblia encaja precisamente con un estilo de vida que exige que guardemos distancia con todo lo que es humano para buscar aquello que sea auténticamente divino. En todo caso, se trata de buscar una inspiración superior, verdaderamente iluminada, para ponernos en contacto con esa especie de gracia engendrada por lo alto. Así que, en este caso, la inspiración trata tanto de lo que ocurre en el proceso de creación literaria como de lo que ocurrió en el proceso de vida del propio ser humano que recibió la inspiración.
La revelación inspiradora en la Biblia
No podemos hablar de la inspiración en la Biblia sin mencionar la revelación, un aspecto complementario. En términos religiosos, la revelación se refiere al proceso en el que Dios se revela a los seres humanos, yendo más allá del mero ejercicio del pensamiento humano. Desde esta perspectiva, no es el ser humano el que busca a Dios, sino Dios quien se le revela al ser humano.
Los autores de la Escritura, cargados por el Espíritu
- El análisis de la postura bíblica acerca de la inspiración muestra que los autores de la Escritura fueron cargados por el Espíritu Santo para escribir la Palabra de Dios. Se mostraron sujetos que recibieron con mucha naturalidad el mensaje divino que les fue entregado.
En el Nuevo Testamento, por ejemplo, el poder de la revelación divina se hizo particularmente manifiesto tras la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. A partir de ese momento, los apóstoles y discípulos fueron ungidos con el Espíritu Santo para cumplir la tarea de predicar el Evangelio de Cristo, llevando el mensaje de salvación a todo el mundo.
Todo ello gracias a la presencia y el impulso de una fuerza divina que los llevó a cumplir su servicio con amor incondicional y entrega total, y a través de su revelación lograron sorprender al mundo y llevar a los seres humanos a una vida diferente, llena de esperanza y de amor.
La inspiración bíblica es única e incomparable con cualquier inspiración humana
Diferentes autores han tratado de buscar la definición de la inspiración bíblica, pero lo cierto es que, debido a su naturaleza divina, se trata de algo único e incomparable con cualquier otra clase de inspiración humana.
Desde la perspectiva cristiana, la inspiración de la Palabra de Dios debe ser vista como una obra del Espíritu Santo por la cual, haciendo uso de la personalidad y los talentos literarios de sus autores humanos, Él constituyó las palabras de la Biblia, en sus varias partes, como su palabra escrita para la raza humana y, por lo mismo, de autoridad divina y sin error.
Diferentes perspectivas teológicas
Ahora bien, hay diferentes perspectivas en cuanto a cómo se dio la inspiración desde el punto de vista teológico. Una de las perspectivas teológicas más conocidas es el primer testamento, donde se considera que la inspiración de la Palabra de Dios en nuestro mundo fue una obra del Espíritu Santo, que se utilizó para dar forma, trabajar y planificar la existencia humana.
Por otro lado, también está la perspectiva neo-ortodoxa, donde se considera que la Biblia es la palabra, pero no las palabras de Dios, ya que los autores pueden haber tenido errores de interpretación al momento de escribir. Sin embargo, lo que sí es cierto es que estos errores por parte de los autores no son necesariamente de orden teológico, sino más bien culturales o históricos.
La Biblia es la palabra de Dios
En la religión cristiana, se fortaleció la escritura y se rechazó la costumbre católica como fuente divina a la par de la escritura. La Biblia es considerada la única verdadera fuente fehaciente de la Palabra de Dios, pudiéndose decir que la Biblia es la palabra de Dios escrita por los seres humanos inspirados por el Espíritu Santo.
En el Nuevo Testamento, la inspiración divina se manifiesta de manera particularmente clara en las palabras de Jesús, quien, en numerosas ocasiones, atribuye directamente a su Padre la paternidad literaria de las Escrituras.
Martín Lutero y su postura frente a la inspiración bíblica
Martín Lutero, uno de los principales reformadores de la Iglesia, al principio de la Reforma creía que no todas las partes de la Biblia eran inspiradas. Pero luego reconoció que todas las partes lo eran y promovió la idea de la sola scriptura, o sea, solo la Escritura como fuente de la revelación divina.
¿Qué argumento práctico confirma la inspiración de las Escrituras?
Para muchos creyentes, el argumento práctico que confirma la inspiración de las Escrituras, es que la Biblia ha influido en las civilizaciones, ha transformado vidas, ha traído luz, inspiración, y consuelo a millones de personas. La presencia divina que se atribuye a la Biblia se hace palpable en la fuerza que provoca en las personas al momento de leerla y de experimentarla como fuente de vida y transformación.
Conclusión
En conclusión, la inspiración según la Biblia es un concepto cristiano de importancia capital, pues gracias a ella es posible entender la revelación de Dios en la historia del ser humano. La idea de la inspiración bíblica es una fuerza poderosa que influye en la vida de muchos creyentes y ha transformado sociedades enteras. Aunque hay diferentes teólogos que han tratado de entenderla desde diferentes perspectivas, su carácter divino la convierte en algo único e incomparable.
Aunque no siempre es fácil entender claramente qué significa la inspiración bíblica, es un tema que nos anima a seguir profundizando en los misterios y en la grandeza de Dios, y a explorar cómo podemos seguir siendo inspirados en nuestro día a día a través de la fe.