La Biblia es considerada por muchos como la palabra de Dios, y como tal, su contenido es objeto de estudio y reflexión constante. Una de las interrogantes que surge al leer los textos sagrados es la definición del término “enseñorearse”, una palabra que ha despertado controversia y debate a lo largo del tiempo. En este artículo, exploraremos su origen etimológico, su significado y su interpretación en la Biblia, a fin de descifrar su verdadero significado y entender qué mensaje intenta comunicarnos.
En primer lugar, la palabra “enseñorearse” proviene del latín “seniorem facere”, que significa “hacerse más viejo” o “volver a alguien más viejo”. Con el paso del tiempo, su sentido evolucionó a “hacerse más fuerte” o “volver a alguien más fuerte”, y de ahí a “hacerse señor” o “dominar”. De esta forma, la connotación histórica de la palabra apunta a un proceso de adquisición de poder, que implica controlar, poseer y dirigir.
Sin embargo, en el ámbito de la Biblia, el término adquiere un significado más profundo y complejo. En el libro de Génesis, después de que Adán y Eva desobedecieran a Dios y comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal, se menciona que Dios les dijo: “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Génesis 3:16).
Este versículo ha sido interpretado de diversas maneras, pero en su forma más simple, implica una clara subordinación de la mujer hacia el hombre, como consecuencia del pecado original. La frase “él se enseñoreará de ti” sugiere que el hombre ejercerá un control absoluto sobre la mujer, una idea que propugna una relación desigual entre ambos.
Según algunos teólogos, la palabra “enseñorearse” en esta interpretación no es benevolente, sino controlador. La idea de un “enseñoreamiento” del esposo sobre la esposa en la versión hebrea no es una señal de amor y cuidado, sino una forma de dominación.
Las interpretaciones modernas del término
En la actualidad, la interpretación del término “enseñorearse” según la Biblia, se aleja de su sentido histórico y se aproxima cada vez más a una perspectiva igualitaria y justa. En este contexto, enseñorearse no implica dominación, sino el sometimiento voluntario de la voluntad y la aceptación de la autoridad del otro.
De hecho, en la Proclamación de la Familia, un documento emitido por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se establece que “los padres y las madres tienen la responsabilidad solemne de amarse el uno al otro y a sus hijos con un amor profundo y eterno, considerando al otro como su compañero igual”.
En este sentido, enseñorearse se convierte en un concepto no solo relacional, sino en un compromiso de igualdad, respeto y amor. Desde esta perspectiva, “enseñorearse” no implica la subordinación sumisa de uno al otro, sino la entrega voluntaria al bienestar del otro y la construcción de una relación armoniosa y de mutua ayuda.
La palabra “deseo”
Otro aspecto que convierte a “enseñorearse” en una palabra compleja y carente de consenso, es el significado del término “deseo” mencionado en Génesis 3:16. Según algunos estudiosos, la palabra hebrea “teshukah”, se refiere a un deseo de control, de vencer o derrotar a otro, más que a un deseo sexual.
Esta interpretación cambia por completo el sentido del versículo, y le da una connotación aún más oscura, al sugerir una lucha de poder entre el hombre y la mujer, en lugar de una relación de amor y colaboración.
El “enseñoreamiento” en el matrimonio
A lo largo de la historia, la palabra “enseñorearse” ha sido utilizada con frecuencia para aludir al control y la dominación en el matrimonio. Sin embargo, este concepto ha sido fuertemente criticado a raíz del movimiento feminista, que busca el empoderamiento y la igualdad entre los sexos.
En la actualidad, el “enseñoreamiento” en el matrimonio se entiende como un compromiso de amor y respeto mutuo, en el cual ninguna de las partes obtiene ventaja sobre la otra, sino que trabajan juntos en el desarrollo de la relación y su crecimiento personal. En este sentido, “enseñorearse” implica la renuncia al egoísmo, el respeto por las diferencias, la comunicación honesta y la búsqueda del bienestar común.
La enseñanza bíblica
Finalmente, la Biblia nos invita a “enseñorearnos” de nuestro propio espíritu, es decir, a ejercer control sobre nosotros mismos y nuestras emociones, a fin de tener una vida recta y agradable a Dios. (Proverbios 16:32)
En este sentido, la enseñanza bíblica hace referencia a la importancia de cultivar las virtudes, como la paciencia, la templanza, el amor y la bondad, para poder ejercer un liderazgo positivo en nuestras relaciones interpersonales y en nuestra propia vida.
Conclusión
En conclusión, enseñorearse según la Biblia es un concepto complejo y polémico, que ha sido objeto de interpretaciones dispares y controversia a lo largo del tiempo. Si bien en sus inicios, el término se asociaba a la adquisición de poder y el control, hoy en día se entiende más bien como un compromiso de amor, respeto y colaboración en las relaciones humanas.
Por lo tanto, es importante reflexionar sobre la forma en que utilizamos el lenguaje y nuestros términos, y prestar atención a las posibles consecuencias e interpretaciones de nuestras palabras, a fin de construir relaciones saludables y armoniosas, tanto en el ámbito personal como social. ¿Qué elementos te llamaron la atención durante la lectura de este artículo? ¿Cómo te parece que la interpretación del término “enseñorearse” ha evolucionado a lo largo del tiempo? ¿En qué medida se ajusta esta evolución a nuestros valores y necesidades actuales? Son preguntas que solo pueden responderse desde la reflexión y el análisis profundo de las enseñanzas bíblicas y sus interpretaciones modernas.