La redacción de objetivos es clave en la investigación y en proyectos empresariales. Los objetivos generales describen la meta a alcanzar y los objetivos específicos describen los pasos necesarios para llegar a ella. Ambos tipos de objetivos deben ser claros, concisos y revisados periódicamente.
Pero, ¿qué preguntas debe responder un objetivo general? Es importante aclarar que un objetivo general debe responder a la pregunta “qué, cuándo, cómo, dónde, con qué y quién”. Un objetivo general también debe ser medible, estableciendo una forma cuantitativa de medir cuánto se ha logrado. Aquí no bastan las definiciones vagas, sino que debemos poner cifras cuantificables a nuestro objetivo.
Un objetivo general claro y efectivo
Un objetivo general es un enunciado que resume la idea central y finalidad de un trabajo. No es un simple paso a seguir, sino que refleja la meta a alcanzar. Por lo tanto, debe responder claramente a las preguntas mencionadas anteriormente.
Para redactar un objetivo general o específico es necesario iniciar con un verbo en infinitivo. El mismo debe explicar de manera concreta la acción que ejercerá el logro a cumplir. Algunos ejemplos de verbos infinitivos son: Diagnosticar, Aumentar, Rentabilizar, Evaluar, Realizar, Determinar, entre otros.
Es importante establecer un plazo de tiempo para alcanzar los objetivos y que estén escritos en un plan concreto. Además, los objetivos deben ser conocidos y aceptados por todos los miembros del equipo o empresa involucrados en el proyecto.
Objetivos generales y objetivos específicos
Los objetivos generales y específicos se utilizan en proyectos y empresas, así como en estudios académicos y de investigación. Los objetivos generales también se conocen como objetivos estratégicos y los objetivos específicos como objetivos tácticos.
Los objetivos generales deben ser realistas, alcanzables y medibles, y se establecen a largo plazo. Los objetivos específicos, por otro lado, deben ser coherentes con el objetivo general y ser medibles.
Según Hurtado de Barrera (2004), un objetivo debe contener los siguientes aspectos: un verbo, un evento de estudio, una unidad de estudio y un contexto.
Es importante detallar los objetivos de manera exhaustiva para tener una guía clara durante el proceso de trabajo. Los objetivos específicos deben estar orientados a cumplir con el objetivo general, delimitando bien el tema e ir enfocados a conseguir datos. Se deben evitar temas generales o ambiguos.
Definición de objetivos SMART
El artículo también trata sobre la importancia de definir objetivos SMART en un proyecto. SMART significa específico, cuantificable, adaptable, realista y temporalmente delimitado.
La metodología SMART es útil para redactar objetivos generales efectivos.
Los objetivos cuantitativos son preferibles a los cualitativos porque son más fáciles de medir. También es importante establecer un plazo de tiempo para alcanzar los objetivos y que estén escritos en un plan concreto.
La lista Phoenix de la CIA
La lista Phoenix de la CIA es una lista de preguntas para agentes que puede ser adaptada a cualquier ámbito, incluyendo proyectos empresariales. La lista contiene preguntas agrupadas en categorías para ayudar a definir los recursos necesarios, el equipo humano y otros aspectos clave.
Es importante la flexibilidad a la hora de plantear preguntas que ayuden a definir los objetivos de un proyecto. Además, la digitalización empresarial desde cero es un tema a explorar y que puede ser abordado mediante objetivos SMART.
Ejemplo de objetivo mal redactado
Presentamos un ejemplo de un objetivo mal redactado: “Mejorar la calidad”. Este objetivo está incompleto ya que no responde a las preguntas qué, cuándo, cómo, dónde, con qué y quién. Además, no establece una forma cuantitativa de medir cuánto se ha logrado.
Es importante recordar que los objetivos deben delimitar bien el tema e ir enfocados a conseguir datos. De lo contrario, no será posible medir el éxito del proyecto o estudio.
Cómo definir los objetivos de una investigación científica
La publicación trata sobre los objetivos de una investigación científica. Se presentan cuatro opciones para definir estos objetivos, pero sólo una es la correcta.
Los objetivos de investigación deben ser cortos, claros, precisos, realizables, medibles, apropiados, realistas y factibles de evaluar. Dichos objetivos responden a las preguntas ¿para qué? y ¿por qué se requiere el estudio? También deben expresar las acciones a seguir a través de verbos en modo infinitivo.
Los objetivos específicos se escriben en forma secuencial o en forma continua, dependiendo de los tiempos verbales del planteamiento del problema. Esta elección depende del tipo de investigación que se esté realizando.
Conclusiones
En conclusión, un objetivo general debe responder a la pregunta “qué, cuándo, cómo, dónde, con qué y quién”. Además, debe ser medible y establecer una forma cuantitativa de medir cuánto se ha logrado. Los objetivos generales y específicos deben ser claros, concisos y revisados periódicamente.
Es importante definir objetivos SMART para lograr objetivos generales efectivos. Para ello, debemos detallar los objetivos de manera exhaustiva, evitar temas generales o ambiguos y establecer un plazo de tiempo para alcanzarlos. Los objetivos deben estar escritos en un plan concreto y ser conocidos y aceptados por todos los miembros del equipo o empresa involucrados en el proyecto.
Por último, se recomienda utilizar la lista Phoenix de la CIA para plantear preguntas que ayuden a definir los objetivos de un proyecto, así como la digitalización empresarial desde cero como un tema a explorar mediante objetivos SMART.