Es común que existan creencias populares en torno a la alimentación que no siempre corresponden a la realidad. Una de ellas es la idea de que no se debe tomar alimentos ácidos después de beber leche porque se “corta”. Lo cierto es que esta creencia carece de fundamentos: la leche simplemente se torna más espesa y grumosa. No obstante, hay otros factores que sí debemos tomar en cuenta en torno al consumo de leche en combinación con otros alimentos, como el alcohol.
El consumo de alcohol es una práctica social ampliamente extendida. Sin embargo, a menudo pasamos por alto los efectos que esta sustancia puede tener en nuestro organismo, y la influencia que tiene sobre la capacidad de absorción de otros alimentos. Si a esto añadimos el consumo de leche, es posible que surjan dudas sobre las posibles consecuencias. En este artículo, te explicamos ¿qué pasa si tomo leche después de haber tomado alcohol?
La leche no protege del alcohol
Algunas personas creen que tomar leche antes de consumir bebidas alcohólicas puede proteger el estómago. Sin embargo, esto no es cierto, ya que la digestión del alcohol se realiza con enzimas diferentes a las de la leche. De hecho, según el “British Medical Journal”, tomar leche con alcohol en realidad puede aumentar su velocidad de absorción en el cuerpo.
El consumo de alcohol tiende a ocasionar síntomas de acidez y reflujo gástrico. En este sentido, la leche no es una solución para proteger el estómago, sino que puede empeorar la situación. Los expertos recomiendan adaptar la alimentación para lidiar con estos síntomas, y evitar comer ciertos alimentos.
La lactancia y el alcohol
En el caso de la lactancia materna, es importante tener en cuenta que el consumo de bebidas alcohólicas no es una buena combinación. No existe ningún nivel de alcohol en la leche materna que sea considerado seguro para el bebé.
Cuando una madre bebe alcohol, este pasa a la leche materna en concentraciones similares a las que se encuentran en el torrente sanguíneo. Para un recién nacido, la eliminación del alcohol del cuerpo es más lenta que en un adulto. Además, los bebés lactantes que están expuestos a una toma al día pueden tener un desarrollo motor deficiente y cambios en los patrones de sueño.
La presencia de alcohol en la leche materna hace que los bebés tomen aproximadamente un 20% menos de leche. Es por esto que, si se ha consumido alcohol, se recomienda evitar amamantar al bebé hasta que el alcohol haya desaparecido completamente de la leche.
El alcohol y la resaca
Los efectos del alcohol en el cuerpo son bien conocidos. La resaca es el resultado de una serie de reacciones del organismo ante el exceso de alcohol en el cuerpo. Dolor de cabeza, deshidratación, náuseas y vómitos son algunos de los síntomas que experimentamos tras una noche de bebida.
El alcohol en exceso desencadena procesos de deshidratación y metabolización que llevan a la aparición de la resaca. Para prevenirla, no es aconsejable beber o beber muy poco. Las bebidas alcohólicas más oscuras contienen sustancias tóxicas que contribuyen a que se desencadene la resaca y que el dolor de cabeza sea más fuerte. Es por esto que, en caso de beber, lo ideal es elegir bebidas caras y espirituosas tras un proceso de destilación riguroso que filtra un elevado porcentaje de sustancias tóxicas y tienen menor riesgo de causar una resaca indeseada.
Combina el alcohol con alimentos adecuados
En caso de tomar, se recomienda hacerlo con el estómago lleno. Se sugiere comer antes de beber y nunca ingerir alcohol con el estómago vacío. Los productos lácteos pueden crear una película protectora en el estómago, por lo que tomarlos no necesariamente será perjudicial.
Alternar el alcohol con zumos de frutas y beber agua para evitar la deshidratación son otras de las recomendaciones para prevenir la resaca. Además, los alimentos que consumas antes y después de tomar alcohol pueden influir notablemente en el proceso de absorción de la sustancia en el organismo.
Cápsula informativa:
- Antes de tomar, es recomendable consumir carbohidratos complejos y alimentos con alto contenido de grasa.
- No se deben consumir alimentos altos en grasa, como la leche.
- Después de tomar, es importante hidratar el cuerpo con jugos naturales y consumir alimentos que contengan almidón, como galletas o pan blanco. Los huevos también son recomendables debido a que contienen nutrientes esenciales y un elemento (cisteína) que ayuda a desintoxicar el organismo.
- Se deben evitar las bebidas industrializadas con alta cantidad de azúcar, ya que impiden la adecuada hidratación del cuerpo.
En resumen, tomar leche después de haber consumido alcohol no es un problema en sí mismo, pero tampoco ayuda a proteger el estómago en caso de una ingesta excesiva de alcohol. En el caso de la lactancia, es importante evitar completamente el consumo de bebidas alcohólicas. Para prevenir la resaca, es recomendable beber moderadamente, elegir bebidas caras y espirituosas y alternarlas con zumos de frutas y aguas. Además, es importante seleccionar adecuadamente los alimentos a consumir antes y después de tomar.