El vino es una bebida que, además de ser deliciosa, tiene una larga historia y un proceso de producción complejo. Su sabor y aroma, característicos de cada variedad, dependen, en gran medida, de la temperatura a la que se almacena, y de cómo se manipula la botella una vez abierta. En este sentido, uno de los interrogantes más frecuentes sigue siendo ¿qué pasa si meto un vino al refri y luego lo saco? Es fundamental comprender cómo influye la temperatura en la conservación del vino para evitar dañar su sabor y aroma. A continuación, te brindamos información para que puedas disfrutar del vino en su esplendor.
La importancia de la temperatura en la conservación del vino
En primer lugar, es necesario destacar que la temperatura es un factor clave en la conservación del vino tanto antes como después de abrir la botella. El frío excesivo y los cambios bruscos de temperatura son enemigos de los vinos, especialmente si se dejan durante un periodo prolongado. La forma más eficaz de enfriar una botella de vino es mediante una cubitera llena de agua, y no metiéndola de golpe al refri.
Los diferentes tipos de vino requieren temperaturas ligeramente diferentes debido a sus diferentes composiciones químicas. Por ejemplo, no se debe guardar el vino tinto en el frigorífico porque está demasiado frío, pero una vez abierto, se puede colocar en la nevera para ralentizar el proceso de oxidación. Todos los tipos de vino deben ser enfriados, incluso los tintos, ya que si se bebe a temperatura ambiente puede implicar beber el vino 4 o más grados por encima de lo aconsejable. Los expertos en hostelería recomiendan sacar el vino blanco de la nevera 20 minutos antes de servirlo y meter el vino tinto en la nevera 20 minutos antes de abrirlo.
¿Cuánto tiempo puede durar un vino abierto en la nevera?
Una vez abierta la botella, es importante refrigerar el vino si no se va a consumir en el mismo día, para prolongar su vida útil. El vino blanco puede durar entre dos y cinco días en la nevera después de haber sido abierta. ¿Y el vino tinto? La recomendación es consumirlo en un plazo de dos días, ya que se trata de un vino más propenso a la oxidación. Si se deja el vino demasiado tiempo en la nevera, podría convertirse en vinagre y perder su frescura y sabor.
Es importante destacar que, en caso de que se haya metido el vino tinto en el refri, no es grave siempre y cuando se saque a tiempo. La razón por la que no se recomienda inicialmente es porque, como ya mencionamos, la temperatura excesivamente baja puede afectar el sabor del vino y alterar su equilibrio.
¿Cuál es la mejor manera de enfriar el vino?
En caso de que se necesite enfriar rápidamente una botella de vino, es importante no llegar nunca al punto de congelación del vino. Esto podría dañar el sabor y la textura del vino. Dos formas caseras de enfriar el vino son en el congelador o en una cubeta con agua y hielo. Para enfriar un blanco que deba ser consumido a una temperatura entre 6 y 8 grados, con 15 minutos en el congelador debería bastar. La cubeta con agua y hielo es ideal para mantener la temperatura deseada una vez que la botella ha sido enfriada. En verano, se puede emplear también la cubeta con agua y hielo para enfriar los vinos tintos, pero con menos hielo (4 o 5 cubitos).
Errores comunes en la conservación del vino
En este punto, es importante mencionar los errores más comunes en la conservación del vino. Dejar el vino en cajas, con el tapón expuesto al aire, y en posición vertical, puede acelerar las reacciones degenerativas del vino. Guardar el vino en el estante de arriba de la cocina expone la botella a la luz, el calor, la sequedad y los olores, que son enemigos del vino, y por lo tanto no es recomendable. Si no se cuenta con una vinoteca, el botellero debe ser opaco, para que el vino permanezca a oscuras, inclinado para que el vino empape el corcho, y en un lugar con temperatura estable y humedad constante. Los vinos criados (crianza, reserva y gran reserva) están mejor preparados para durar más y resistir mejor las condiciones de almacenaje que los vinos jóvenes. Los vinos jóvenes, sobre todo los rosados, están menos protegidos a los imponderables del ambiente y estarán mejor conservados en la vinoteca.
¿Y si ya cometí el error?
En caso de que se haya cometido el error de meter el vino tinto en el refri, no todo está perdido. Si se saca a tiempo, se puede volver a colocar en la estantería, siempre y cuando no se haga con la misma botella demasiadas veces. Además, si el vino tinto está demasiado frío, se puede recalentar inicialmente en la mano antes de servirlo para que se recupere la temperatura adecuada.
Es importante mencionar que el vino no es una ciencia exacta, y que a veces no se puede evitar cometer errores en su conservación o manipulación. Sin embargo, atendiendo a las recomendaciones profesionales, se puede disfrutar de un buen vino siempre que se mantenga una temperatura adecuada, se evite la exposición al aire y a la luz, y se almacene en las condiciones propicias.
Lecciones aprendidas
En conclusión, en este artículo se ha dado respuesta a la pregunta ¿qué pasa si meto un vino al refri y luego lo saco? Para resumir, la respuesta es que no pasa nada siempre y cuando se saque a tiempo. Para disfrutar del vino en su máximo esplendor, es fundamental comprender la importancia de la temperatura en su conservación. Además, se han detallado los errores más comunes en la manipulación del vino y se han ofrecido recomendaciones para su correcta conservación y enfriado. No es necesario ser un experto en vinos para disfrutar de una buena botella, pero sí es fundamental seguir ciertas pautas para evitar dañar su sabor y aroma. Esperamos que este artículo te haya sido útil y puedas aplicar estos conocimientos la próxima vez que disfrutes de un buen vino. ¡Salud!