La historia de México está marcada por distintos periodos en los que la lucha política y la defensa de los derechos sociales y políticos han sido los objetivos más perseguidos por las personas y los gobernantes del país. En la segunda mitad del siglo XIX, dos grandes líderes mexicanos protagonizaron cambios significativos en la forma de gobernar y en la construcción de una nación más justa e igualitaria. Ellos fueron Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, quienes impulsaron el movimiento conocido como la “Restauración”. Junto con un grupo de liberales, estos dos hombres lucharon para fortalecer la economía, estabilizar la política y fomentar la unidad y la integración del país.
Benito Juárez: defensor de la Constitución y combatiente de la intervención extranjera
Benito Juárez fue electo como responsable del poder ejecutivo para el periodo 1867-71. En su gobierno, uno de los principales objetivos que necesitaba impulsar era la defensa de la Constitución de 1857 y la lucha contra la intervención extranjera. En este sentido, Juárez fue un líder incrédulo y valiente que se enfrentó a las potencias europeas que intentaban imponer un Imperio en México.
Durante su mandato, Juárez y su equipo de trabajo adoptaron políticas encaminadas a la modernización del país, sobre todo en lo que se refiere al establecimiento de una administración pública más eficiente, que permitiera un manejo más transparente y responsable de los recursos del Estado. Uno de los principales retos que enfrentó el gobierno de Juárez fue el de restaurar la soberanía nacional y la República contra la invasión francesa y el segundo Imperio.
Para alcanzar estos objetivos, Juárez necesitó implementar medidas que permitieran no sólo la estabilización política del país, sino también la recuperación económica de una nación que había sido debilitada por los conflictos armados y los procesos de intervención extranjera. Por tanto, uno de los principales cambios que impulsó Juárez fue la reducción del gasto público.
Según algunos historiadores, la reducción del gasto público representó para la economía de México un ahorro de aproximadamente un millón de pesos, cifra que significó una enorme diferencia en la capacidad de inversión del Estado, el cual pudo destinar más recursos para infraestructura y obras públicas. De esta forma, Juárez buscó fortalecer la economía y promover el desarrollo de sectores productivos como la minería, la agricultura y la industria textil.
Sebastián Lerdo de Tejada: economista y promotor de la estabilidad financiera
Sebastián Lerdo de Tejada, por su parte, fue vicepresidente y presidente de la Suprema Corte de Justicia para el mismo periodo que Juárez. Su gobierno se enfocó en normalizar la contabilidad y lograr un orden hacendario en la economía. El periodo de gobierno de Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada se llama “Restauración”.
En lo que se refiere a la economía, Lerdo organizó un sistema fiscal que permitió el pago de los impuestos y la normalización de la contabilidad, lo que permitió el inicio de la construcción de la infraestructura ferroviaria del país, como la red ferroviaria y la vía férrea de México a Veracruz en 1873. De esta forma, Lerdo logró impulsar la modernización de México y la promoción de sectores económicos clave para el crecimiento del país.
Durante su gobierno, la sociedad se caracterizó por la presencia de grupos liberales y conservadores, quienes coexistieron de forma tensa y en ocasiones violenta en un ambiente político inestable. No obstante, Lerdo logró mantener la estabilidad y promover la integración de los distintos sectores sociales del país.
Impulsores de la restauración de la República y la estabilidad económica
Juárez y Lerdo de Tejada eran conscientes de que era necesario promover la estabilidad política y económica para que México pudiera superar los retos de una nación en vías de desarrollo. En este sentido, su gobierno se enfocó en la defensa de los derechos políticos y sociales, el combate a la corrupción y la consolidación de la democracia.
Mientras que Juárez se concentró en la defensa de la Constitución, la soberanía nacional y la lucha contra la intervención extranjera, Lerdo impulsó medidas económicas y fiscales encaminadas a la modernización del país y la promoción de inversiones en sectores clave para el desarrollo nacional.
A pesar de las dificultades a las que se enfrentaron, los gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada lograron sentar las bases para un México más justo e igualitario. Su legado histórico es una muestra de la capacidad de las personas y los gobernantes para trabajar en conjunto y superar las adversidades.