La neuroplasticidad es uno de los temas más fascinantes y relevantes de la neurociencia. Se refiere a la capacidad del sistema nervioso de modificarse y formar nuevas conexiones en respuesta a la información nueva, la estimulación sensorial, el desarrollo, la disfunción o el daño. En otras palabras, la neuroplasticidad es la capacidad biológica innata que tienen nuestras neuronas y redes neuronales para cambiar sus conexiones y función en respuesta a nueva información, desarrollo, estimulación sensorial o daño cerebral. Es un concepto que ha derivado muchas investigaciones en el campo de la neurociencia y la rehabilitación neuropsicológica.
Orígenes históricos de la neuroplasticidad
La idea del cerebro como un órgano plástico no es nueva. Desde los primeros tiempos de la neurociencia, los científicos han sospechado que el sistema nervioso no era una estructura estática e inmutable. Sin embargo, fue en 1890 cuando el psicólogo William James propuso que el cerebro estaba en constante cambio y que las habilidades mentales podían desarrollarse. La idea fue bien recibida por Santiago Ramón y Cajal, quien recibió el Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 1906 por su trabajo pionero en la estructura cerebral.
En realidad, la neuroplasticidad se remonta a los primeros días de la investigación cerebral moderna. Los sistemas nerviosos humanos y animales pueden responder a los estímulos ambientales de diferentes maneras, y ha quedado claro desde los trabajos de los fisiólogos y neuroanatomistas italianos y españoles del siglo XIX que el tejido nervioso puede mostrar una adaptación a experiencias tanto normales como patológicas. Pero ha sido el descubrimiento de los cambios funcionales y estructurales específicos en las redes neuronales ante experiencias funcionales y patológicas lo que ha llevado a la expansión y reevaluación de la plasticidad neuronal.
En 1906, el neurólogo italiano Ernesto Lugaro acuñó el término “plasticidad cortical” para describir la capacidad del cerebro para compensar las lesiones. Ramón y Cajal también propuso que las conexiones neuronales podían cambiar, razón por la cual, en algunos casos, el cerebro podría recuperarse después de una lesión.
La importancia de la neuroplasticidad
La neuroplasticidad es extremadamente importante para el cerebro humano, porque nos permite aprender y adaptarnos al cambio. La neuroplasticidad es el proceso neurobiológico del aprendizaje, y se refiere a la capacidad del cerebro de reorganizarse estructural y funcionalmente en respuesta a la experiencia. Las neuronas que se disparan juntas en patrones sincrónicos comienzan a formar circuitos neuronales. Estos se fortalecerán cuanto más se repita el patrón, lo que facilita la detección y el procesamiento de la información.
La adaptabilidad de un equipo al cambio es el objeto de estudio central de la neuroplasticidad. En las organizaciones, este concepto se refiere a la capacidad de una empresa para adaptarse a entornos cambiantes. El neuroliderazgo estudia los procesos neuronales de los líderes y los miembros del equipo para entender la toma de decisiones y gestionar los grupos de trabajadores. Tener un equipo de trabajo flexible y adaptable es esencial para mantener la productividad.
¿En qué situaciones se produce la neuroplasticidad?
La plasticidad cerebral persiste a lo largo de la vida y está presente en el envejecimiento normal, también en el daño cerebral adquirido e incluso en las demencias. La neuroplasticidad está presente en el cerebro adulto, pudiendo mejorar su capacidad funcional, detener procesos patológicos, promover la recuperación de pérdidas sensoriales y mejorar el control motor, la cognición y la memoria.
La neuroplasticidad puede mejorar o ralentizar los efectos de patologías como el Parkinson, el Alzheimer, la Esclerosis múltiple o el TDAH. Poner en práctica hábitos sencillos como dormir bien, hacer ejercicio físico y mental y alimentarse de forma saludable ayuda a mejorar la neuroplasticidad cerebral. Al mejorar nuestra capacidad de aprendizaje y memoria, la neuroplasticidad puede aumentar nuestra calidad de vida y ayudarnos a estar más alertas y centrados en el trabajo y en la vida en general.
¿Cómo afecta la neuroplasticidad a nuestro cerebro?
La actividad electroquímica afecta la construcción y el fortalecimiento de las conexiones entre las neuronas. La Ley de Hebb establece que las células que se disparan juntas, permanecerán conectadas. La neuroplasticidad es el resultado de la neurofisiología y la creación de nuevas y modificadas conexiones neuronales. La comunicación dentro del cerebro se lleva a cabo a través de la actividad electroquímica.
La neuroplasticidad puede funcionar en dos direcciones: en la consolidación de información (corresponde a la retención de nuevos conocimientos). En esta dirección, la neuroplasticidad se refiere a la consolidación de la memoria a largo plazo. Si no se repite la información, las conexiones neuronales se debilitan. Por otro lado, la otra dirección en la que la neuroplasticidad puede trabajar es la desconsolidación. Esta es la eliminación de ciertos patrones o conexiones neuronales que están desactualizados.
Cómo entrenar la neuroplasticidad cerebral
La neuroplasticidad se puede entrenar y fortalecer a lo largo de la vida. La rehabilitación neuropsicológica utiliza la neuroplasticidad para generar nuevas sinapsis, aunque el efecto sea limitado en algunas ocasiones. Como la neuroplasticidad se produce a través de la práctica y el aprendizaje, siempre es importante mantener el cerebro activo.
El cerebro humano tiene más de cien mil millones de neuronas que nacen, se fortalecen y mueren. La neuroplasticidad contribuye al aprendizaje, la memoria y la capacidad de generar nuevas neuronas. En el ámbito educativo, se ha demostrado que la neuroplasticidad puede mejorar los resultados escolares. Además, nuevos estudios están demostrando que la neuroplasticidad cerebral también está relacionada con el rendimiento laboral.
Impacto de la neuroplasticidad en empresas y organizaciones
Banco Santander es una de las empresas más destacadas en fomentar la neuroplasticidad en sus empleados y clientes. En un entorno cambiante, el aprendizaje continuo, el reciclaje profesional y la capacitación adicional son fundamentales para impulsar la empleabilidad. El portal de Becas Santander ofrece cientos de oportunidades para formarse en tecnología, idiomas, estudios, investigación, soft skills, prácticas y liderazgo femenino.
El neuroliderazgo tiene dos aplicaciones clave: fomentar la adaptación al cambio y la capacidad de aprendizaje y seleccionar personal. La ciencia aporta una nueva perspectiva para determinar los criterios de selección de personal, basada en soft skills como la gestión emocional, la asertividad o la flexibilidad. Al aprovechar la neuroplasticidad para mejorar las habilidades de liderazgo de una organización, se puede fortalecer la capacidad de la neuroplasticidad del cerebro de los empleados: esto beneficiará a los empleados y, en última instancia, a la empresa.
Conclusión
La neuroplasticidad es uno de los descubrimientos más sorprendentes de la neurociencia moderna. La neuroplasticidad se refiere a la capacidad biológica innata que tienen nuestras neuronas y redes neuronales para cambiar sus conexiones y función en respuesta a nueva información, desarrollo, estimulación sensorial o daño cerebral. La neuroplasticidad es extremadamente importante para el cerebro humano, porque nos permite aprender y adaptarnos al cambio. Se puede entrenar y fortalecer a lo largo de la vida, y se puede utilizar para mejorar la capacidad de aprendizaje y memoria. Con más estudios, podríamos eventualmente descubrir formas de aprovechar la neuroplasticidad para tratar enfermedades neurodegenerativas y mejorar la vida de las personas de todas las edades.