Texas ha sido sin duda uno de los capítulos más controvertidos y dolorosos en la historia de México. La independencia y posterior anexión de Texas a los Estados Unidos de América representó una gran perdida territorial y, sobre todo, un aliciente para el nacionalismo mexicano. Pero, ¿cual fue la causa detrás de la separación de Texas? Para entenderlo, es importante analizar los hechos históricos y políticos previos a la separación.
La Radicación de los Colonos Estadounidenses
A partir de la introducción del gobierno colonial, las autoridades mexicanas fomentaron la colonización del territorio de Texas para poblar y controlar el vasto terreno. Entre los primeros colonos se encontraban familias de Estados Unidos de América, quienes recibieron amplias concesiones de tierras del gobierno mexicano. Con el tiempo, estos colonos adquirieron un gran poder político y económico, lo que generó tensiones con las autoridades mexicanas que veían con preocupación el poder creciente de los colonos estadounidenses.
Los colonos estadounidenses eran diferentes en muchos aspectos a los mexicanos que habían establecido colonias en Texas. Los estadounidenses estaban acostumbrados a ejercer libremente su derecho al uso de armas y a ejercer una gran autonomía en su vida diaria. Por otro lado, los mexicanos eran más partidarios de mantener un control centralista sobre el territorio y de imponer impuestos para financiar el gobierno central. Sin embargo, la población de estadounidenses en Texas había crecido tanto que para fines de la década de 1820, la mayoría de los habitantes del territorio eran estadounidenses.
El Gobierno de Santa Anna y Sus Políticas Impositivas
Otra causa importante de la separación de Texas fue la política impositiva del gobierno central. Las autoridades mexicanas deseaban cobrar impuestos a los habitantes de Texas, pero los habitantes del territorio se resistieron a ello. A menudo, el gobierno central acusaba a los terratenientes y colonos estadounidenses de evadir impuestos y de actuar en contra de los intereses del estado. La verdad del asunto es que los colonos estadounidenses sentían que sus intereses no estaban representados adecuadamente por el gobierno y que los impuestos que se les imponían no eran consultados.
El desacuerdo político entre los colonos y el gobierno mexicano aumentó en el momento en que Santa Anna fue nombrado presidente de México en 1833. Santa Anna había sido un héroe de la guerra contra España pero se había vuelto cada vez más autoritario en su estilo de gobierno. En lugar de consultar con los líderes de Texas, Santa Anna decidió centralizar todo el poder en el gobierno central, lo que fue el último clavo en el ataúd de las relaciones entre Texas y México.
La Promulgación de una Nueva Constitución Centralista
Otro factor que influyó fuertemente en la separación de Texas fue la promulgación de una nueva Constitución centralista por parte de Santa Anna en 1835. La Constitución había sido diseñada para crear un sistema político más centralizado en México y otorgaba más poder al presidente. Sin embargo, muchos de los habitantes de Texas sintieron que se habían ignorado sus intereses y que se les había quitado el poder para gobernarse a sí mismos. En lugar de aceptar esto, las tensiones entre Texas y el gobierno central de México comenzaron a aumentar y se produjo una escalada de incidentes violentos.
El Interés de los Estados Unidos en Apoyar el Proceso Independentista
A medida que las tensiones entre Texas y México aumentaban, Estados Unidos comenzó a interesarse en apoyar el proceso independentista. El gobierno estadounidense consideraba que la anexión de Texas sería beneficioso para su propia economía y expansión territorial. Además, muchos de los colonos estadounidenses que vivían en Texas estaban vinculados a políticos y empresarios poderosos en Estados Unidos que ejercían una enorme presión sobre los funcionarios del gobierno.
Ante este panorama de creciente tensión, la situación empeoró cada vez más. Los colonos texanos comenzaron a reclamar nuevas concesiones y un mayor poder político. Por su parte, la nación mexicana consideraba una verdadera afrenta a su soberanía la emergente idea de que Texas pudiera separarse del resto del territorio. Así, en octubre de 1835 se produjo la Batalla de González, el primer intercambio armado entre los colonos texanos y las fuerzas mexicanas.
La Convocatoria a una Convención para Obtener Nuevos Privilegios
En 1836, los líderes de los colonos texanos convocaron una convención en la que se declaró la independencia de Texas y se estableció una nueva Constitución. La nueva república fue establecida, pero no fue reconocida por el gobierno mexicano ni por la mayoría de las naciones del mundo. La formación de un gobierno provisional en Texas llevó a un llamado a filas para defender la nueva república y una declaración de guerra contra México en marzo de 1836.
Las tropas texanas vencieron al ejército mexicano en la Batalla de San Jacinto y tomaron prisionero al presidente mexicano Antonio López de Santa Anna. A pesar de esto, México no aceptó la declaración de independencia y posteriormente se inició una guerra de intervención de Estados Unidos de Norteamérica contra México (1846-1848) que llevaría al despojo de Texas y a la pérdida de la mitad del territorio que había heredado México de España en 1821. La pérdida de dicha guerra y la firma de los Tratados de Paz en Guadalupe Hidalgo serían el inicio de un nacionalismo mexicano que tendría su prueba existosa durante la invasión francesa de 1862 a 1867.
Conclusión
La separación de Texas de México fue una tragedia que marcó profundamente la historia de ambos países. Las causas de la separación son múltiples, pero todas apuntan a un profundo conflicto cultural y político entre los colonos estadounidenses y las autoridades mexicanas. En última instancia, la separación de Texas fue un llamado de atención para el gobierno mexicano, que tendría que lidiar con las tensiones culturales y políticas dentro de su propia nación. A lo largo de los años subsiguientes, lecciones importantes serían aprendidas a través de la tragedia de Texas, y el país se uniría en torno a otra espiral de lucha interna y la necesidad de construir un pueblo, una nación y un Estado más incluyente y justo.