La idea de hablar en público puede parecer aterradora para algunas personas, pero es algo que hacemos con frecuencia. Desde una presentación en el trabajo hasta una charla en casa con la familia, la habilidad de comunicar tus ideas de manera clara y efectiva es una habilidad importante para aprender. Y esto es precisamente lo que hace un buen discurso.
Funciones principales de un discurso
En general, los discursos tienen tres funciones principales: entretener, informar y convencer. Cuando se trata de una charla en un evento social, la función principal puede ser entretener al público. Un discurso de entretenimiento busca mantener al público involucrado y hacer que disfruten de la experiencia. Este tipo de discurso también se utiliza en círculos informales, como bodas o cumpleaños.
Por otro lado, un discurso informativo busca presentar información útil de manera interesante y resolver incógnitas del público objetivo. Puede usarse para presentar estudios investigativos, informes de ventas, informes de pacientes, nuevos hallazgos en ciencia, entre otros. Su objetivo es dejar al público con un conocimiento más profundo del tema abordado.
El tercer tipo de discurso, y probablemente el más común, es el discurso persuasivo o de convencimiento. Esta función busca influir en los oídos del público y convencerlos de la validez de las ideas expuestas. El propósito principal de un discurso persuasivo es apoyar o refutar una idea o argumento presentado, y hacer que el público acepte tu punto de vista.
La estructura básica de un discurso
Todo buen discurso tiene una estructura sólida que lo sostiene. La introducción o exordio es la parte del discurso donde se presenta el tema y se establece el tono general de la presentación. Esta es tu oportunidad de llamar la atención del público, interesándolos en el tema y ganando su confianza.
Después de la introducción sigue la exposición. Este es el momento en que presentas los argumentos principales y fundamentos en los que se basa el discurso. Aquí es donde puedes profundizar en los argumentos presentados, utilizando conceptos, datos, ejemplos, citas, anécdotas y notas de humor para hacerlos más interesantes y fáciles de entender.
Una vez que se han desarrollado todos los argumentos principales, se presenta la conclusión. Aquí es donde se resumen los puntos clave del discurso, se refuta cualquier punto importante que haya podido ser malinterpretado, y se presenta la idea principal a la que se ha llegado. Es importante mantener la atención del público hasta el final, para tener un impacto duradero
Cómo elaborar un discurso efectivo
Lograr un discurso efectivo requiere de planificación y preparación. Se debe definir el tema principal y determinar la idea clave que se pretende transmitir. Es importante buscar apoyo en argumentos sólidos que refuercen la idea principal y hacer una selección de los pocos argumentos seleccionados para abordarlos con profundidad.
Sea cual sea el propósito de un discurso, ya sea entretener, informar o convencer, es importante tener en cuenta la importancia de la claridad. La presentación debe resultar clara para el público, lo que no significa que deba ser necesariamente una obra maestra de la literatura.
Además, se pueden utilizar diferentes medios visuales para apoyar el discurso, como una pizarra, transparencia, pantalla de ordenador, y otros, para hacer la presentación más atractiva y fácil de seguir para el público.
El punto clave de cualquier discurso
El centro del discurso es su punto clave, la idea principal que se busca transmitir. Hay que pensar en la audiencia concreta que va a escuchar el discurso y tratar de medir la reacción que se espera.
Cómo en cualquier acto de comunicación, es importante que se tenga en cuenta el receptor o público que se está buscando cautivar y, en consecuencia, cual es el propósito principal de la presentación.
En este sentido, los principales objetivos de un discurso son: Entretener, Informar, Convencer, Argumentar, Persuasión y Motivador. Y estos objetivos dependerán del motivo por el cual se está presentando el discurso.
Entretener
Un discurso entretenido busca una respuesta específica del público, y lo hace a través de actividades divertidas, chistes o la presentación de historias emocionantes. Un discurso de entretenimiento busca amenizar el acto y, por lo tanto, su objetivo es hacer reír o emocionar al público.
Informar
El propósito de un discurso informativo es presentar información útil y relevante para el público objetivo. Al mismo tiempo, se espera que, al terminar la presentación, el público tenga una comprensión profunda del tema abordado. Por tanto, es importante presentar el contenido requerido de manera clara y comprensible.
Convencer
Un discurso con el objetivo de convencer busca persuadir a los oyentes de la validez del punto de vista presentado. Al igual que en el discurso informativo, es importante presentar argumentos sólidos, aunque en este caso el enfoque se centra en defender un punto de vista.
Argumentar
En un texto argumentativo se aportan pruebas y razones en favor del discurso que se está presentando. Existen aspectos positivos y negativos del tema expuesto, y el objetivo es combatir argumentos contrarios. Aquí, la habilidad del orador para convencer al público depende de la selección y presentación de los argumentos.
Persuasión
Un discurso persuasivo busca personas que cambien su conducta como resultado de la presentación. Es un tipo de discurso utilizado en casos en los que los cambios son necesarios, y el objetivo es hacer que los oyentes asuman la idea principal como propia.
Motivador
El discurso motivador busca persuadir emocionalmente al público en busca de metas emocionales. En este tipo de presentación, el orador espera que sus palabras impacten positivamente en sus oyentes, con el objetivo de hacer que se sientan más motivados a enfrentar desafíos o alcanzar metas específicas.
Conclusión
Cada discurso tiene su objetivo y propósito, pero todos buscan llegar a una audiencia y transmitir una idea de manera clara y efectiva. Para lograr una presentación exitosa, debemos pensar cuidadosamente en el propósito y objetivos de la presentación, así como en nuestra audiencia objetivo.
Un discurso efectivo es aquel que tiene una estructura sólida, utiliza argumentos sólidos, y presenta información de manera clara y comprensible. Si queremos hacer un discurso que entretenga, influya, o haga que la gente cambie de conducta, debemos asegurarnos de capturar la atención del público desde el comienzo y mantenerla hasta el final.
En resumen, sea cual sea el propósito de un discurso, su objetivo es comunicar, persuadir y emocionar, siempre y cuando el orador tenga un conocimiento profundo del tema y un dominio efectivo de las técnicas de presentación.