La axiología es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio de los valores y juicios valorativos. Esta disciplina se enfoca en la naturaleza y pertinencia de los valores, sin reducirse a preferencias subjetivas. Su objetivo principal es la reflexión sobre los juicios de valor que puede realizar un individuo.
En este sentido, ¿cuál es el objeto formal de estudio de la axiología? Pues bien, diremos que este se compone de dos elementos: el punto de vista y la escala de valores. En términos más precisos, el objeto material de estudio es toda la realidad y los bienes o valores, mientras que el objeto formal es el punto de vista o enfoque para determinar cuáles son los valores que se consideran importantes o valiosos.
El valor como entidad objetiva
En la historia de la filosofía, han existido diversas corrientes de pensamiento en torno al valor y su naturaleza. Para algunos, como los subjetivistas, el valor depende de los sentimientos y preferencias de cada individuo. En esta perspectiva, no hay valores objetivos o universales, sino que cada persona es libre de tener su propia escala de valores.
En contraposición, los objetivistas sostienen que los valores son entidades objetivas, independientes de la opinión o preferencia de los individuos. Es decir, algunos bienes se consideran valiosos en sí mismos, como la verdad, la justicia o la libertad, mientras que otros son valiosos como medios para alcanzar otros fines, como el dinero o el poder.
En esta última perspectiva, los valores objetivos son aquellos que se consideran una finalidad en sí mismos, mientras que los valores subjetivos son aquellos que se utilizan como medio para lograr un fin u objetivo determinado.
La jerarquía de valores en la axiología
Una cuestión clave en el estudio de la axiología es la jerarquía de valores. Es decir, cómo se determina qué valores son superiores o más importantes que otros. En gran medida, esta cuestión depende del punto de vista o enfoque que se adopte.
En términos generales, se pueden clasificar los valores en estables o fijos y cambiantes o dinámicos. Además, cada cultura y sociedad tiene sus propias escalas de valores, que varían en función de su historia, tradiciones y necesidades.
No obstante, algunos valores se consideran universales o casi universales, como la vida, la libertad, la igualdad, la justicia o la solidaridad. Estos valores son importantes no solo para los individuos, sino para el conjunto de la sociedad y su bienestar.
La relación entre la axiología y la moral
La axiología guarda una estrecha relación con la moral, entendida como el conjunto de normas y principios que rigen la conducta humana. Los valores son la base o fundamentación de la moral, pero no se reducen a ella.
En la moral, los valores se convierten en normas, es decir, reglas de comportamiento que establecen lo que se debe hacer y ser en una determinada situación. Estas normas morales tienen su propio lenguaje y se manifiestan a través de lo no escrito y lo establecido en las sociedades.
Por tanto, la axiología es una disciplina que se ocupa del estudio de los valores, mientras que la moral es el ámbito en el que los valores se convierten en normas prácticas para la conducta humana.
La axiología formal y su objeto formal de estudio
Entre las diversas perspectivas en la axiología, destaca la axiología formal, desarrollada por el filósofo Robert S. Hartman en el siglo XX. Esta corriente pretende otorgarle a la axiología la consideración de “ciencia del valor”.
En la axiología formal, el objeto formal de estudio es el punto de vista o enfoque usado para determinar los valores, a partir del cual se establece una jerarquía de los mismos. Este enfoque se sustenta en ciertos principios básicos que funcionan como criterios para evaluar los valores.
Según Hartman, el valor es una entidad objetiva, que se puede definir de forma lógica. En este sentido, una cosa es buena si y solo si cumple con las propiedades de la comprensión de su concepto.
En este enfoque, el objeto formal de estudio se centra en el análisis lógico de los valores y la jerarquía establecida en función de estos criterios. Se busca establecer una escala de valores definida y objetiva que permita orientar la conducta humana hacia lo bueno y lo correcto.
La utilidad práctica de la axiología
Aunque la axiología puede parecer un tema abstruso y teórico, de hecho tiene una gran utilidad práctica. En efecto, los valores y la jerarquía de los mismos son fundamentales para la vida en sociedad y para el bienestar humano.
Las decisiones que tomamos, tanto individuales como colectivas, están influidas por nuestras valoraciones y jerarquías de valores. La convivencia y sinergia eficaz entre personas de distintas vidas y perspectivas es posible al aprender a hacer lo bueno y aceptar al otro en su diferencia.
En este sentido, la axiología puede servir como guía para tomar decisiones coherentes y responsables, basadas en una jerarquía de valores objetiva y razonada. También puede servir para cuestionar los valores y principios que rigen nuestra sociedad y buscar una mejora y progreso social.
Conclusiones
En conclusión, la axiología es una disciplina esencial en la filosofía, que se ocupa del estudio de los valores y juicios valorativos. El objeto formal de estudio de la axiología se compone del punto de vista o enfoque usado para determinar los valores y la escala de valores resultante.
Si bien existen diversas corrientes en la axiología, en general se considera que los valores pueden ser objetivos o subjetivos. También se pueden clasificar en jerarquías y cambiantes o fijos. En todo caso, los valores son la base para establecer normas morales y regular la conducta humana.
En la axiología formal, el objeto formal de estudio se concentra en la lógica y análisis de los valores, su jerarquía y los criterios para evaluarlos.
En conjunto, la axiología tiene una gran utilidad práctica en nuestra vida cotidiana, al ayudarnos a tomar decisiones coherentes, éticas y razonadas. Al cuestionar y revisar nuestra escala de valores, podemos buscar una sociedad más justa y orientada hacia el bien común.