Las obras literarias nos conmueven de maneras distintas y dependiendo del contenido, podemos experimentar una serie de emociones que van desde la alegría hasta la tristeza. Muchas veces, estas emociones se producen a partir de los personajes que se nos presentan y la forma en la que se desenvuelven en la trama.
Una de las obras más emblemáticas de la literatura mexicana es “Las Batallas en el Desierto” de José Emilio Pacheco. Esta novela, ambientada en la Ciudad de México durante la década de 1940, ha sido objeto de diversos análisis y comentarios por parte de críticos y lectores.
En la historia, el protagonista es un niño llamado Carlos, quien vive en la Colonia Roma. La trama gira en torno a su enamoramiento de la madre de su amigo Jim, llamada Mariana. La historia se desarrolla en un momento crítico del país, donde el gobierno de Miguel Alemán se enfoca en modernizar al México posrevolucionario y, al mismo tiempo, en enfrentar la cuestión palestina como miembro de las Naciones Unidas.
El amor imposible de Carlos
Carlos es un niño de clase media, hijo de una madre arqueóloga y un padre que trabaja en una firma de jabones. Con una vida relativamente normal para la época, Carlos asiste a una escuela privada y tiene amigos como Jim, su vecino en la casa donde se ubica el edificio donde vivían.
Un día, Carlos descubre que está enamorado de Mariana, la madre de Jim. Con sólo verla una vez, Carlos queda cautivado por su belleza y su carisma. Sin embargo, su amor es imposible dado que Mariana es mucho mayor que él y además es la madre de su compañero de clase.
Carlos se confiesa con su hermano Héctor, quien se alinea con el padre de Carlos y lo regaña por sus pensamientos. Sin embargo, Carlos no puede sacarse a Mariana de la cabeza, y decide fugarse de la escuela para confesarle su amor. Todo se complica cuando los encargados de la institución y los padres de su amigo Jim lo tildan de pervertido y lo llevan con psicólogos y un sacerdote.
El conflicto palestino y Tin Tan
Durante ese tiempo, Carlos vive otros conflictos internos en un México de posguerra que consume productos importados de Estados Unidos, como los detergentes en polvo que dañaron la fortuna de su padre poniendo su empleo en riesgo, lo que llevó a la familia a colocar a Carlos en una escuela pública. En medio de todo esto, Carlos sigue pensando en Mariana, quien representa para él algo puro e intocable.
La novela no sólo trata de la México de los años 40, sino que hace referencias a conflictos internacionales de la época. Por ejemplo, en una escena los niños juegan a las batallas entre Israel y Palestina, hecho histórico ocurrido en 1948. También se mencionan a artistas famosos de la época, como el actor y comediante Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo, conocido como Tin Tan, que marcaban culturalmente al país.
Teléfonos, juguetes y la lujosa casa de Jim
La novela también critica la influencia de los Estados Unidos en la cultura mexicana y la desaparición de la idiosincrasia propia. Se describe la casa de Jim como un lugar moderno y lujoso, con juguetes traídos desde Estados Unidos que maravillan a Carlos y que simbolizan el cambio generacional que se dio en México.
La novela tiene un tono de nostalgia por una época diferente y por la Ciudad de México que ya no existe. Este sentido nostálgico se expresa en la forma en que Carlos recuerda su infancia y el amor que siente por una mujer que ya no puede tener.
El rumor de la muerte de Mariana
En una sección de la novela, Carlos se entera de que Mariana ha muerto, y su búsqueda de ella se convierte en un tema recurrente en la trama. Carlos va a buscarla a casa de Jim, pero le dicen que nunca vivieron allí, tal vez por temor, por vergüenza o por el dolor de la pérdida. Carlos busca pistas sobre su amada y llega a Rosales, un compañero de la escuela que fue importante en su vida, quien le cuenta el rumor de que Mariana se suicidó tras una discusión con un político con el que sostenía una relación sentimental secreta.
El final alternativo
Aunque el final es impactante, hay una versión alternativa de la historia que cuenta que Carlos llega a casa de Mariana, pero se encuentra con una anciana que no reconoce su identidad. Este final, aunque no es el original, podría señalar que la búsqueda de Carlos era su forma de honrar la memoria de Mariana, un recuerdo que quería preservar.
La memoria y la nostalgia de una época
La novela es una reflexión sobre el paso del tiempo y la importancia de la memoria en la construcción del presente. La figura literaria de la prehistoria se utiliza para señalar la importancia de conservar el recuerdo de un momento especial, un hecho que nos permite mantener vivo el pasado y, por tanto, darle significado al presente.
El final de “Las Batallas en el Desierto” es impactante, pero también es un recordatorio de que la vida a veces no nos da respuestas; que no todos los finales son felices, y que la nostalgia es sólo eso, un recuerdo de algo que ya no tenemos.
Aunque la novela fue publicada en 1981, la obra sigue vigente en nuestros días, y retomarla para volver a experimentar las emociones que produce su lectura es aún una opción para revivir este México que, aunque ya no existe, nos marcó a todos los que hemos crecido en su suelo.