México vivió una época de grandes cambios durante la Revolución Mexicana, que inició en 1910 y tuvo su fin en 1920. Durante estos 10 años, el país estuvo inmerso en una lucha armada para derrocar al régimen dictatorial de Porfirio Díaz y establecer la democracia. En medio de esta lucha, surgió el Movimiento Constitucionalista liderado por Venustiano Carranza, quien buscaba la restauración del orden Constitucional y la legalidad en México.
El surgimiento del Movimiento Constitucionalista
En 1913, el general Victoriano Huerta traicionó al presidente legítimo Francisco I. Madero y dio un golpe de estado en el que asumió el poder de manera dictatorial. Ante esto, Venustiano Carranza, entonces gobernador de Coahuila, se pronunció en contra de Huerta y desconoció su gobierno.
El 26 de marzo de 1913, Carranza y otros revolucionarios firmaron un documento desconociendo al gobierno de Victoriano Huerta y anunciando la formación del Ejército Constitucionalista. Este movimiento buscaba la restauración del orden Constitucional y la legalidad en México.
Carranza promulga el Plan de Guadalupe, que plasmaba el programa político del movimiento, y se convirtió en el líder del Movimiento Constitucionalista. En su primera etapa, este movimiento se enfocó fundamentalmente hacia la obtención del control político del país mediante la lucha armada en contra del ejército federal, sumiso al gobierno huertista.
La estrategia del Movimiento Constitucionalista
El Movimiento Constitucionalista se organizó en tres divisiones: la del Norte, comandada por Pancho Villa; la del Noroeste, liderada por Álvaro Obregón; y la del Noreste, encabezada por Pablo González. Cada una de ellas tenía como objetivo controlar una zona del país.
La división del Norte, liderada por Pancho Villa, inició su campaña en mayo de 1913 y derrotó a los huertistas en Santa Rosa y Santa María. Continuó su avance hacia el sur y hostilizó a las tropas federales en Chihuahua y la región de la Laguna.
En septiembre de 1913, en la hacienda de la Loma, Durango, se eligió a Pancho Villa como general en jefe de la División del Norte. Otras dos divisiones, la del Noreste y la del Centro, completaban el escenario bélico en el norte de la república hacia la segunda mitad del 1913.
El objetivo del Movimiento Constitucionalista era derrocar al régimen huertista y establecer un gobierno democrático, justo y respetuoso de la ley. Para ello, se dieron a la tarea de establecer las reformas necesarias para hacer funcionar el país.
La Constitución de 1917
La Constitución de 1917 fue el fruto del trabajo del Movimiento Constitucionalista. Esta nueva Constitución estableció los derechos y obligaciones de los ciudadanos, la división de poderes y la organización del Estado, entre otros aspectos.
La Constitución de 1917 reconoció los derechos de los trabajadores y de los campesinos, fomentó la educación y la cultura, estableció la obligación del Estado de garantizar la salud, la vivienda y el bienestar social, y promovió la propiedad nacional de los recursos naturales y de la tierra.
La Constitución fue una respuesta a las demandas de los distintos sectores de la población y buscó establecer la justicia social en México. Esta nueva Constitución reflejó el espíritu democrático de la Revolución Mexicana y buscó plasmar las garantías necesarias para un gobierno justo y equitativo.
El legado del Movimiento Constitucionalista
El Movimiento Constitucionalista dejó un importante legado en la historia de México. Gracias a la lucha de los constitucionalistas, se logró establecer un gobierno democrático y justo, que respetó los derechos y las libertades de la población.
El Movimiento Constitucionalista sentó las bases para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, en la que se respetaran los derechos de todos los ciudadanos. La Constitución de 1917 fue y sigue siendo un modelo para muchos países en todo el mundo, que han encontrado en ella un referente para establecer un gobierno justo y respetuoso de las leyes.
La Revolución Constitucionalista buscó establecer un nuevo orden en México, en el que se respetaran los derechos de todos los ciudadanos y se establecieran las reformas necesarias para hacer funcionar el país. Gracias a la lucha de los constitucionalistas, se logró establecer un gobierno democrático y justo, que continúa siendo un referente en todo el mundo.